Este año comienza con la fuerza salvaje de la fauna. Un tema elegido por nuestras niñas y niños. Rápidamente las maestras y maestros encienden sus mentes y crean programaciones para vincular el tema, ideas pedagógicas fusionadas con juegos, actividades, diversos proyectos que alcancen los objetivos académicos desde sus propios intereses… Y mientras nos acercamos al currículum, nos hacemos la pregunta ¿A qué tipo de fauna se refieren nuestro alumnado?
El ser humano pertenece a una fauna excepcional. Ha conseguido logros tan increíbles como realizar operaciones quirúrgicas a una distancia de 8000 km desde Francia hasta China. Crear robots perro y humanoides para uso doméstico. Poner en acción una fábrica de robots que dará 10 millones de móviles al año sin mediación humana. Con la inteligencia artificial se ha devuelto la voz a quién la perdió debido a la enfermedad del Parkinson.
La magia de las nuevas tecnologías está revolucionando y rompiendo paradigmas de la ciencia y de la ética. Pero ese mismo ser humano pertenece a una fauna que derrama petróleo y productos químicos al mar guiado por su avaricia, ponen en riesgo el planeta con los accidentes nucleares, genera una contaminación global infinita que provoca tsunamis, sequías, incendios, desbordamientos de ríos, devasta tierras y devora a los más indefensos con las fauces de guerras que nunca acaban en Ucrania, Gaza, Sudán, Etiopía, Siria, Afganistán, República Democrática del Congo, Colombia… Y así, infinito dolor ajeno a nuestros ojos puestos en el quehacer cotidiano.
Por tanto, reflexionando sobre qué tipo de animales somos podemos decir que seguimos siendo salvajes y por otro lado, podemos domesticarnos para aprender a vivir en sociedad, por y para la protección de nuestra especie. Cuidar el planeta y cuidar a nuestras futuras generaciones. Cuidar a nuestras niñas y niños con la entrega de una cultura civilizada que busque el progreso tecnológico acompañado del progreso ético. Una cultura que avive el compromiso social verdadero, dónde el otro/a sea tan importante como tú mismo/a. Una cultura ciudadana que abogue por la equidad, la justicia social donde los derechos humanos universales sean la guía de nuestra conducta pensante y sintiente. Una cultura cuya razón sea la fuerza salvaje del amor a cada ser que habita en la tierra.
Ser humano es todo un proceso de aprendizaje que comienza en una sola célula. La escuela, la familia, la comunidad son responsables de generar personas que sumen al colectivo, impulsen el conocimiento y mejoren la calidad de vida en una sociedad que nos pertenece y empieza en un simple gesto: abrir la puerta de la escuela. ¿Estáis dispuestos/as a pasar?
¡Bienvenidas a la fauna del Palomeras!
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