QUERERLA ES CREARLA EN EL PALOMERAS

 


CRÓNICA 12 DE ABRIL DE 2023

Se abren las puertas de nuestra escuela y una vez más la algarabía de las niñas y niños nos recuerdan la alegría del sol. No será una tarde como todas, hoy nos reunimos la Comisión de atención a la diversidad y otr@s much@s invitad@s para ver el documental “Quererla es crearla” con la palabra inclusión como epicentro.

Al aroma del café familias, maestras y maestros y algunos niños y niñas esperan curios@s el principio de una película documental de Cecilia Barriga. Una historia verídica que nos emocionará de principio a fin.

Escuchamos la crudeza de los testimonios de familias que quiebran las expectativas y rompen los cánones impuestos. Diversidad en todas las circunstancias, parecidas, pero ninguna igual. Eso, si, todas tienen en común la vulnerabilidad, el impacto de la injusticia, pero también la fuerza inagotable e indecible ante el desgarro de una sociedad que vulnera los derechos fundamentales.

Tras la película comienza un encendido debate dónde se plantean preguntas que ansían respuesta como:

¿Por qué el sistema educativo actual sigue sin alcanzar a toda la ciudadanía?

¿Cómo se puede alcanzar la inclusión desde un sistema educativo cuya administración aún dona terrenos y dinero públicos a centros que segregan por sexos?

¿Cómo se puede soñar el sentido de inclusión cuando el acceso a la universidad empieza a ser casi exclusivo para las clases adineradas?

¿Cómo podemos conseguir una escuela inclusiva cuando las instalaciones están en situaciones de precariedad, abandonadas progresivamente?

Cuando las fachadas se van cayendo literalmente ¿Cómo se puede pensar en invertir en una rampa de acceso o en un ascensor para personas con movilidad reducida?

La situación de abandono de la escuela pública por parte de la administración es una llaga encendida que arde y daña siempre a l@s más vulnerables. Nuestras niñas y niños esperan años para poder ser atendid@s por los equipos de orientación, absolutamente colapsad@s y sin recursos humanos suficientes. Listas de espera que dilatan la respuesta educativa de profesionales a una infancia que comienza con necesidades específicas y se va agravando por la ceguera voluntaria de las administraciones.

Las maestras y maestros desean formarse, pero en su mayoría se encuentran con una formación encaminada a crear maestr@s digitalizad@s que respondan virtualmente desde la pantalla al abrazo de un niñ@.

La inversión económica dirigida a pantallas y no a recursos humanos especializados para este tipo de alumnado que son numerosos, atentan contra nuestra infancia y nuestra futura ciudadanía.

Nacen proyectos en escuelas, institutos públicos que desean ofrecer una respuesta inclusiva, pero se ven desamparados por la falta de recursos humanos, materiales y económicos.

Las universidades reducen las carreras universitarias de Pedagogía Terapéutica y Audición y Lenguaje a 6 meses de formación. ¿Desde dónde comienza el desprestigio de este tipo de maestr@s?

Las ayudas para el alumnado ACNEAE tienen cada vez más requisitos que hacen difícil su acceso llegando a una población muy reducida. El acceso requiere tener destreza digital, ordenadores para cumplimentar la solicitud, además de gran competencia cognitiva para desentrañar los requisitos solicitados. Un lenguaje burocrático excesivamente técnico que en la mayoría de las ocasiones impide la transparencia de la información para muchas de nuestras familias más vulnerables.

A pesar de que la ley garantiza el derecho a la educación, las escuelas sufrimos la desmantelación progresiva de los equipos de orientación, la escasez del profesorado de apoyo compartido en 2 ó 3 centros, las limitaciones de los diagnósticos por restricciones de criterios, la falta de orientadores/as y profesorado para la atención educativa de calidad. Sin recursos no hay respuestas y sin respuesta educativa sólo queda el silencio burocrático que maltrata a nuestras niñas y niños más vulnerables.

¿Y en ese silencio impuesto quién escucha su grito ahogado?

Tras esta incertidumbre que quema, las palabras brotan y caen semillas de esperanza, porque sí estamos unas cuantas personas reunidas para ver y desear una escuela mejor. Desde nuestras manos haremos lo posible para continuar creando y construyendo por la verdadera inclusión. Las niñas y niños del documental nos enseñan que los baches del camino sólo son escalones para ir ascendiendo. La mirada infantil es limpia de prejuicios y siente las diferencias tal cual son.

Amamos nuestras diferencias y seguiremos luchando por la igualdad en nuestros derechos, ya que son comunes y universales desde que nos juntamos alrededor del fuego hace unos cuantos millones de años y sentimos que yo soy tú y tú eres yo en esencia. Gracias a la luz del fuego empezamos a ver entre las sombras y vencimos al miedo.